Es
innegable que nos encontramos inmersos en una profunda crisis. Y ojalá sólo
habláramos en términos económicos. La hostilidad de la ciudadanía hacia el
sector político español es inminente, y en los días que corren, los cimientos
de aquella credibilidad y confianza que algún día existieron hacia el mismo, ya
no es que se tambaleen, simplemente son inexistentes.
¿Quién
no conoce al famoso Doctor House? ¿Ese médico sarcástico, arrogante y
probablemente el antihéroe más desafiante de toda la historia de las series de
televisión?
El personaje de Gregory House, representado
de una forma brillante por Hugh Laurie, es una persona que tiene aversión al trato humano, por eso mantiene una
conducta desagradable que genera innumerables conflictos con las personas que
le rodean. Aparentemente ruin, mezquino, insensible, y un tanto impertinente, es
un personaje con un trasfondo filosófico exquisito y un maquiavelismo
exacerbado que le permite lograr todos y cada uno de sus propósitos, aunque
para ello tenga que usar métodos poco ortodoxos y carentes de moralidad. Para
él el fin sí justifica los medios.
Una de las teorías más sólidas que mantiene el
personaje de Gregory House a lo largo de la serie es la siguiente: ‘’Todo el mundo miente, la única variable
es sobre qué’’. Analizando a este curioso personaje, y profundizando en su
compleja estructura psicológica, me resulta tentador establecer una especie de
paralelismo entre este personaje y la relación ciudadano-sector político de
nuestro país;
Las
esperanzas parecen desvanecerse en una espiral de promesas políticas incumplidas.
Es creciente la desconfianza hacia aquellos profesionales de la política a
quienes, al igual que al doctor House, percibimos como seres maquiavélicos, que más
que por juicios éticos, se guían por criterios utilitarios. Tenemos la cruda
sensación de ser tratados como meros objetos y seguimos sin ser capaces de
encontrar esa identificación emocional que nos haga creer en algo de lo que se
nos está diciendo.
Al igual que
el doctor House piensa que todos sus pacientes le mienten cuando éste les
pregunta sobre su historial médico, el ciudadano de a pie tiene la inexorable
sensación de que todos los políticos le
están mintiendo continuamente en sus constantes promesas de cambio y progreso,
las cuales, dada la situación actual nos resultan verdaderamente utópicas.
Frente al compromiso ideológico bajo, y la falta de
interés en la moral convencional del doctor House, nos encontramos con una
ciudadanía que ha pasado a una personalidad cada vez más dogmática, más
limitada, en la que el ciudadano ve el
mundo, o este caso, el sector político, como un ente amenazante que puede
provocarle pavor con tan sólo una frase: ‘’El próximo mes habrá una subida de
impuestos’’.
Debemos de buscar pues, cuales son los
pilares fundamentales que han originado esta crisis de credibilidad hacia el
sector político de nuestro país; ardua tarea. Lo que sí parece que está
bastante claro es que los políticos tienen el deber de conectar con los ciudadanos
y que éstos perciban las proposiciones y las iniciativas de los mismos como
útiles y alcanzables. Personalmente no creo que se trate de un problema que
emana exclusivamente de la figura del político, sino que los asesores de imagen
de los mismos deberían llevar a cabo otras estrategias más elaboradas que
contribuyeran a reducir esta acritud ciudadana.
En los tiempos que corren resulta una
heroicidad conseguir identificarse con un partido político determinado, pero
más heroico me resulta que alguien consiga creer, creer en algo. No cesan las
continuas protestas ante la organización del sistema político español, y
considero que no debo aventurarme a dar una serie de posibles soluciones, por
lo que sólo me queda lanzar al aire la siguiente pregunta: ¿Logrará en algún
momento el sector político ganarse la simpatía de los ciudadanos? ¿O simplemente
dejarán que pase el tiempo?
Hay quienes dirán que el tiempo lo cambia todo, pero
como diría el Doctor House:
‘’Eso
es lo que la gente dice, pero no es cierto. Hacer cosas, cambia las cosas. No
hacer las cosas, deja todo exactamente como estaba’’